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http://www.heyzap.com/heyzap/service?embed_key===200=250=560=408=agony-the-portal=xml Humor y Juegos: Carta de Una Abuela Muy Creyente… http://c9b01ecf.realfiles.net

miércoles, 27 de enero de 2010

Carta de Una Abuela Muy Creyente…

Querido nieto:
El otro día tuve una experiencia religiosa muy buena, que quiero compartir contigo.
Fui a la librería cristiana y allí encontré una calcomanía para el auto que decía ‘TOCA LA BOCINA SI AMAS A DIOS’ Dado que había tenido un día muy malo, decidí comprarla y pegarla en el parachoques de mi auto. Al salir manejando, llegué a un cruce de dos avenidas que estaba muy complicado, con muchos autos. La temperatura exterior era de 37 grados y era la hora de salida de las oficinas. Allí me quedé parada, porque la luz estaba roja, pensando en el Señor y como El es bueno. No me di cuenta que la luz se había puesto verde, pero descubrí que muchos otros aman al Señor porque inmediatamente comenzaron a sonar las bocinas. La persona que estaba detrás de mí auto era sin duda muy religiosa, ya que tocaba la bocina sin parar y gritaba:

-¡DALE, POR EL AMOR DE DIOS!
Dirigidos por él, todos hacían sonar la bocina. Yo les sonreí y los saludaba con la mano a través de la ventanilla. Vi que otro muchacho me saludaba de una manera muy particular levantando solo el dedo medio de la mano. Le pregunté a otro de mis nietos, que estaba conmigo, que quería decir ese saludo. Me contestó que era un saludo Hawaiano de buena suerte. Entonces yo saqué mi mano por la ventana y saludé a todos de la misma manera. Mi nieto se doblaba de la risa, supongo que por la bella experiencia religiosa que estaba viviendo. Dos hombres de un auto cercano, se bajaron y comenzaron a caminar hacia mi auto, creo que para rezar conmigo o para preguntarme a que templo voy.
Pero en ese momento fue que vi que la luz estaba verde. Entonces saludé a todos mis hermanos y hermanas y pasé la luz. Luego de cruzar, noté que el único auto que había podido pasar era el mío, ya que la luz volvió a ponerse en rojo y me sentí triste de dejarlos allí después de todo el amor que habíamos compartido. Por lo tanto, paré el auto, me bajé, los saludé a todos con el saludo hawaiano por última vez y me fui.
Ruego a Dios por todos esos buenos hombres y mujeres.
Besos.
TU ABUELA

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